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Violencia del desencanto


Esta desesperación, antes de ser expresada como confesión… como huída de sí y expresión de alguna culpa… es queja, simple queja.

María Zambrano. La confesión: género literario.


Cuentos neuróticos es un libro de relatos escritos por Amparo Andrés Machí, donde la autora muestra la dimensión trágica de la contingencia, arrastrando en su devenir azaroso la vida de unos seres que poco a poco se diluyen en las penumbras de sus dramas. La vida y la muerte constituyen el leitmotiv en el que se articulan los registros discursivos de cada personaje. En el relato titulado El factor humano, la cotidianidad doméstica se convierte en un espacio de horror para Faustino, personaje que, mediante un monólogo interior alternado con algunos diálogos dispersos, expone las miserias de su rutina hogareña, un espacio colmado de angustia que lo conduce a plantear un asesinato.

La vida, la muerte, la soledad, el tiempo, la vejez, las obsesiones, el exilio y la locura, entre otros temas trabajados con hondura, son los argumentos fundamentales que la escritora ha tomado para amalgamar su obra, y convertirlos en los verdaderos protagonistas de Cuentos neuróticos.

Amparo Andrés Machí imbrica reflexiones en la narración que, a lo largo de cada relato, legitiman un tipo de violencia particular y subrepticia en las diversas voces narratarias. La autora muestra, de manera magistral,  la barbarie que existe traslapada en las convenciones y en la armazón del orden social, y cómo poco a poco esa violencia desgarra el tejido de los pactos socialmente aceptados que enmascaran la existencia. En Cautivos, el personaje confiesa: Soy rehén del tiempo en un espacio frío y húmedo, rehén de la oscuridad, del silencio...

El discurso se vuelve denso en las atmósferas enrarecidas de la cárcel, del dormitorio, el parque o el apartamento desolado de Avelina. En cada relato se adivina un movimiento proteico que la memoria capitaliza en su devenir perpetuo, así como la nostalgia y lo absurdo frente al destino implacable que se empeña en confrontar a los personajes con sus miserias más recónditas. De esta manera, la violencia se presenta como ruptura con el aparato convencional de la sociedad.

La estructura de matrioska delata la dinámica introspectiva y confesional de cada personaje, y refleja en la unicidad de la obra. Tanto en Cautivos como en La última estación, hay un atisbo de optimismo, sin embargo, ese posible happy end queda diluido en el paisaje gris y la locura que emerge de la soledad fantasmática del pasado. La ventisca es un ejemplo de esa tránsfuga de la razón hacia territorios donde Blancanieves y María se observan desde extremos que, no obstante, plantean la perspectiva del doble. Mientras una vive el aquí y el ahora del presente eterno sin cuestionar sus vivencias, la otra se asfixia en la historia de todos los días, y no es capaz de abandonar su mundo sumido en la precaria libertad que le ofrece la norma y los supuestos sociales, un mundo donde el orden es una paradoja que se desdobla a cada instante.

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