domingo, 30 de octubre de 2011

Evocación en la Colonia Tovar


“Sobre los cimientos de una antigua casa en la Colonia Tovar, construí mi morada, a partir de una cocina en ruinas con un horno de pan adosado a ella”. Con esta sugestiva declaración Marisol Marrero inicia su novela Lotte von Indien: la coloniera de Tovar. La licencia discursiva que utiliza la autora para relatar esta extraordinaria historia de amor, va redescubriendo mundos entroncados en una estructura doble que se articulan a partir del ensueño de Carlotte Löwenstein y la realidad que la circunda.

Carlotte, llamada por su familia y por sus amigos Lotte, deambula y se debate entre dos mundos que a veces se contraponen radicalmente, y otras se tocan y comulgan en las raras visiones y percepciones de la coloniera de Tovar. Ella es una mujer escindida por las pasiones que la rebasan y por una sensibilidad profunda desde la que percibe su mundo poblado por sueños, por el amor y por hondas elucidaciones sobre su historia. Lotte llega a Venezuela con su familia que, arrastrada por la necesidad de mejorar su situación económica, emigra al país de la eterna primavera, como tantas otras familias europeas que se alistaron en el programa de Agustín Codazzi para poblar zonas diezmadas por las guerras de independencia y las enfermedades.

Con Lotte von Indien: la coloniera de Tovar, Marisol Marrero muestra, una vez más, la fuerza de su vocación artística y su profunda capacidad para la investigación literaria y la escritura. En esta novela histórica, lo testimonial se presenta desde una voz extraviada entre la densa niebla de la Colonia Tovar y los fríos parajes de Baden. Algunas cartas le otorgan visajes epistolario a la narración, aunque no se inscribe completamente en esta estética. La propuesta se ancla en el diario íntimo como vehículo expresivo y soporte que muestra sólidos argumentos fundamentados en la investigación rigurosa que, a su vez, le confiere realismo y verosimilitud a la historia.

La voz del narrador principal deja paso a la voz de Lotte en un discurso directo, creando una atmósfera intimista que permite conocer el mundo fragmentado y angustioso de la protagonista. El tiempo de la narración se mantiene en un vaivén del pasado al presente, de la objetividad a la subjetividad, desde el mundo de Carlotte-Lotte al mundo de Gertha: gemela, espejo, doble difusa que refracta una parte de su hermana.

Es muy significativo que Gertha también respondiera al nombre de su hermana melliza ¿se creía Lotte? Quizá sí, o tal vez solo demuestre la relación del doble que se da entre ellas: “El nombre de Gertha no sé lo que significaba, pero sí recuerdo que cuando éramos muy pequeñas, ella también respondía al nombre de Lotte, hasta que un día, enfurecida yo, bajé mis bragas y enseñé el lunar en la nalga diciendo: Yo soy Carlotte. Todos se rieron, menos Gertha que se quedó terriblemente confundida”. Este tema es fascinante, y por su complejidad amerita un estudio donde se explore esa dependencia o correspondencia con “la otredad”.

La riqueza de los elementos metatextuales va apareciendo en el relato donde El canto de los Nibelungos es un leitmotiv mediante el cual el nombre de Sigfried resuena en Alfredo, el amor imposible de Lotte, a pesar de haberse convertido en su amante. Ese amor por el coronel Alfredo Uztáriz, se convierte en el epicentro en la vida de Lotte. Después de conocerlo, su existencia, los hechos que van conformando la historia de la Colonia Tovar y el dificultoso asentamiento de los colonieros, girarán como una especie de satélites, alrededor de esa pasión.

Lotte von Indien habla con la otra que la habita, la que está llena de locura y la aparta de la realidad cotidiana. “Pero ahora me sorprendo y me asusto. Yo soy la otra, también siento esos miedos, esa pesadilla de vivir en ascuas, en vilo, atormentada. Yo junto a ella sigo caminando en vano, no me desprendo del mismo sitio ni un milímetro. A pesar de todo, me muevo lenta, torpemente, como un niño ensayando los pasos. Y sé que puedo, hasta correr puedo y lo intento, pero es una pesadilla. Sin lograrlo vuelo, pero allí estoy, sin plumas, sin alas, sin cielo…”

¿Lotte enloquecería para siempre? ¿Realmente murió asesinada por su amante? ¿Fue Gertha quien se sacrificó por ella? Estas preguntas son inevitables al finalizar la novela, la primera de una saga. En la segunda: Niebla de pasiones, algunas interrogantes quedan despejadas, sin embargo, hay que esperar la tercera parte que cerrará la saga, para conocer la historia completa de Lotte von Indien: la coloniera de Tovar.

Marisol Marrero ha publicado varios poemarios que han sido muy bien recibidos por la crítica. Su aventura novelística se inicia con:
Las brujas modernas vuelan en la Red (2001).
Lotte von Indien: la coloniera de Tovar (2003).
Alonso e Isabel (2006).
Niebla de pasiones (2007).
Marisol Marrero tiene una cuenta en Facebook, si deseas comunicarte con ella pica sobre el siguiente enlace:

http://www.facebook.com/marisol.marrero3

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